El BBVA prevé una caída de hasta un tercio de los ingresos por primas en el 2025.


El seguro será el gran perdedor por la llegada del coche autónomo
El coche autónomo de Google ha realizado pruebas en Canadá (Google)

El sector asegurador puede convertirse en el gran perdedor de la llegada del coche autónomo, según los datos de BBVA Research, que estima que puede perder hasta un tercio de sus primas en Europa en el 2025, unos 35.000 millones de euros, por la reducción del número de accidentes y por la decisión que han anunciado ya algunos grandes fabricantes de autoasegurar sus vehículos.

El impacto dependerá, a corto plazo, de la rapidez con que se extienda el uso del vehículo autónomo. Juan Ramón García, economista principal en la unidad de España y Portugal de BBVA Research, asegura que el 53% de los conductores europeos considera adquirir un automóvil autónomo en el futuro, frente al 73% de los estadounidenses que declara sentir temor ante la posibilidad de utilizarlo.

Golpe a largo plazo

Los estudios más pesimistas prevén que el sector pierda el 90% de su negocio

En España, donde la renovación del parque automovilístico se ha visto frenada por la crisis, el 54% de los conductores manifiesta interés en el vehículo autónomo, pero tan sólo el 13% planea comprar uno.

Según el estudio del banco, sin embargo, incluso en las previsiones más pesimistas para esta nueva tecnología, en el 2025 el 86% de los desplazamientos se realizarán con vehículos autónomos en Europa, porque las empresas de transporte adoptarán masivamente la automatización. Si los particulares también asumen la automatización, los nuevos vehículos podrían realizar más del 96% de los viajes en seis años. En ese caso, los ingresos por primas del sector podrían bajar hasta el 90% a largo plazo.

Automatización

El primer impacto del coche autónomo será reducir el número de accidentes

El primer impacto del coche autónomo será reducir los accidentes: se estima que el 90% son causados por errores humanos, por lo que la automatización de los vehículos evitaría hasta el 95% de los siniestros actuales. Su coste, sin embargo, será mayor, debido al alto precio de los sistemas de asistencia a la conducción, que hará que los coches y las reparaciones sean más caras. También aparecerán nuevas coberturas, como seguridad ante ataques o virus informáticos, responsabilidad por fallos de software y hardware, e incluso la necesidad de asegurarse ante casos de ciberterrorismo.

El coche autónomo, señala BBVA Research, trasladará también la responsabilidad del accidente del propietario del vehículo a su fabricante. Estos podrían optar por no contratar seguros, ya que por al tratarse de sus propios productos serán quienes mejor conocerán sus riesgos, y optar por autoasegurarse. Esta es la opción que ya han anunciado grandes firmas como Volvo, Mercedes o Google.

El Waymo Firefly fue uno de los primeros prototipos de coche autónomo en circular por las carreteras estadounidenses.
El Waymo Firefly fue uno de los primeros prototipos de coche autónomo en circular por las carreteras estadounidenses. (Waymo)

La automatización obliga a establecer reglas morales para adoptar decisiones ante situaciones de riesgo, y por ello en algunos casos es posible que no pueda determinarse la culpa en un accidente, porque todos los vehículos implicados hayan cumplido las reglas de sus sistemas. Para afrontar estas situaciones, el sector estudia crear nuevas instituciones, como un fondo común similar al Consorcio de Compensación de Seguros para que pague los siniestros en los que no pueda definirse la culpa y nuevos esquemas de peritaje, que podrían incluir cajas negras en los coches, como hay ya en los aviones, que en caso de accidente determinarían su causa y quién es el culpable.

Según Jerry Albright, un experto de la consultora KPMG, el mayor impacto en el sector asegurador vendrá de la transformación de negocio, de las pólizas de seguros personales a las pólizas de responsabilidad suscritas por empresas, un fenómeno que se verá impulsado porque el vehículo autónomo facilita que se implanten modelos de negocio de movilidad compartida.

Nuevos actores

Grandes fabricantes ya han anunciado que ellos mismos asegurarán sus vehículos

Así, el BBVA estima que en el 2050, en un escenario moderado ni excesivamente optimista ni pesimista, todo el transporte público se realizará con vehículos autónomos, pero incluso en los viajes particulares el 40% se realizarán con vehículos propios y el 60% con vehículos de movilidad compartida, que pertenecerán a grandes empresas especializadas. La proliferación de estas flotas, así como el aseguramiento por el fabricante, disminuirá el número de primas y forzará fusiones entre las compañías, y el cierre o el abandono del negocio de las más pequeñas. Según Albright, la mayoría de las aseguradoras se resisten a creer que esto vaya a suceder , o que suceda tan rápido, y retrasan su adaptación a los cambios, lo que acentuará los problemas del sector.

En cambio, destaca el BBVA, algunos sectores se verán impulsados por el vehículo autónomo,
especialmente la electrónica e informática, hardware y software, que facturarán entre 85.000 y 175.000 millones de euros adicionales en el 2025.

Fuente: lavanguardia