Hace unos días conocíamos el informe de la organización Transport & Environment, donde se indicaba que para cumplir sus objetivos de reducción de emisiones, Europa necesitaba multiplicar por 15 su red de recarga para coches eléctricos. Algo para lo que hará falta dinero, pero también al parecer algo de presión desde las instituciones públicas.
Así al menos lo piensa el jefe del comité de empresa de Volkswagen, Bernd Osterloh, que ha pedido a la UE que ponga en marcha la fórmula de las cuotas para convencer a los países de que aceleren sus esfuerzos para contar con una red de carga adecuada a la flota que se espera exista en los próximos años.
Según el Sr Osterioh «Espero que la Unión Europea imponga una obligación a los estados de construir una infraestructura. Porque solo con una cuota adecuada habrá suficientes puntos de recarga para eliminar el miedo a quedarse sin autonomía de los clientes potenciales. Solo si hay suficientes estaciones de carga, los clientes comprarán suficientes coches eléctricos para alcanzar los objetivos de reducción de emisiones»
Por supuesto el portavoz de Volkswagen descarga las responsabilidades de los fabricantes de coches de este trabajo, indicando que debe ser otros los que protagonicen este despliegue, tal como sucede con la distribución de combustible que no está tampoco en manos de las marcas.
Precisamente una de las propuestas de Volkswagen es una idea que ya hemos escuchado por aquí hace pocos meses, pero que no se ha llevado adelante. Esta sería la de obligar a las gasolineras a instalar puntos de recarga, y que supondría llevar la infraestructura a 14.500 estaciones de servicio sólo en Alemania.
Una cifra que a pesar de todo será una pequeña parte de la red que será necesario poner en marcha, y que en la actualidad está formada por unas 24.000 estaciones. Una cifra que tendrá que crecer hasta el millón de puntos para 2030. Una cifra que nos da una idea de la magnitud del trabajo que queda por delante y del calado que tendrán que ser las decisiones de las administraciones para lograrse.
La Plataforma Nacional de Movilidad Eléctrica de Alemania (NPE) recomienda lograr una tasa de unos 12.5 vehículos por estación, mientras que la Comisión Europea estima que serán necesarios 10 vehículos por estación. Unas tasas que además deben enfrentarse a la concentración de una red que suele tener mucha más presencia en zonas urbanas, y sin apenas cobertura en las rurales o más periféricas. Algo que avisa de que el trabajo de las administraciones será más extenso y complejo de lo que podemos pensar.
Opinión
Está claro que el potencial del negocio de las redes de carga es evidente, pero se trata de una industria con mucho potencial al que le hace falta un empujón desde el sector público. Un sector que de momento no sólo está ejerciendo en la mayor parte de los casos de catalizador, sino que incluso se ha convertido en un freno por culpa de las cuestiones burocráticas.
Luego están factores que afectan a estados como España, donde las empresa eléctricas son también un freno muy importante para el despliegue, con sus condiciones draconianas a la hora de poner en marcha una estación de carga rápida. Algo que desde el gobierno se está intentando poner freno pero que de momento supone que los operadores interesados en la instalación de puntos se muevan con pies de plomo a una velocidad mucho menor de lo deseado.
La idea de las cuotas puede ser una buena herramienta que sirva a los estados a moverse a una mayor velocidad, pero que tendrá que venir acompañada por un serio y profundo estudio que permita realizar una instalación efectiva y armónica, que no se olvide de las regiones y zonas menos pobladas, para evitar los desiertos poblacionales también con el coche eléctrico.
Fuente: forococheselectricos