Que las baterías de los coches eléctricos son el elemento principal y más caro es una evidencia absolutamente real. Un componente tan sofisticado que requiere de un cuidado especial para alargar su vida útil y no incurrir en reparaciones muy costosas. Te contamos los factores que debes tener en cuenta, incluso en las baterías más viejas.
Las baterías de los coches eléctricos son el componente más caro del vehículo. Luca de Meo, CEO de Renault, apuntó hace unos meses que su coste supone el 40% del total del coche, con lo que puedes hacerte una idea de lo que realmente cuesta. Una cifra de cinco dígitos en la gran mayoría de los nuevos modelos, llegando nada menos que hasta los 10.000 euros, y más.
Seguir unos procedimientos sencillos y saber qué es lo que realmente daña la batería y reduce su vida útil es fundamental para no incurrir en este coste. Las baterías de alto voltaje equipadas en los eléctricos son también llamadas baterías de tracción, pues son las que alimentan a los motores eléctricos para desplazar los vehículos, por lo que con el tiempo y un mal uso, el desgaste está asegurado. La velocidad de carga y la temperatura ambiental son factores a tener muy en cuenta, como también que la recarga no debe superar nunca el 80% de su capacidad total.
Las baterías se desgastan por múltiples factores que se pueden evitar
El primer factor es sumamente importante, pues una velocidad de carga elevada daña la resistencia interna de la batería, perdiendo capacidad. El sistema de recarga está programado para un tiempo y acelerar y reducir ese tiempo supone un daño, que lleva a un sobrecalentamiento de las celdas internas. La temperatura también juega un papel esencial, aunque con el frío sufren menos ya que cuentan con un sistema de calentamiento previo que trata de estabilizar los gélidos termómetros a un nivel óptimo de carga.
Esta es la función de la bomba de calor. E, igualmente ocurre en verano. Aunque lo ideal es mantener la temperatura de las celdas a unos 20º para no sufrir daños, los fabricantes aseguran un perfecto proceso de recarga hasta unos 40º como máximo. Ojo porque, al igual que se debe de recargar a un máximo del 80%, tampoco se recomienda circular permanentemente con una baja capacidad, un porcentaje cercano al 20%. Unos valores que se deben respetar también en las baterías más viejas, pues pueden producir sobrecalentamientos.
De hecho, los eléctricos que pasan más tiempo en el garaje que en la carretera también se descargan, por lo que es aconsejable que, si van a permanecer por un período prolongado en parado, se cargue su batería hasta un máximo del 60%. De esta forma, siempre se mantendrá un nivel de carga en todas las celdas sin dejar que alguna se inutilice, por lo que la consecuencia directa es una pérdida de capacidad.
Por supuesto, el estilo de conducción también pasa factura a la autonomía. Cuanto más potencia exigimos, más energía necesitan los motores eléctricos, por lo que si el coche no es un deportivo, no debemos de exigirle el máximo. De hecho, esta actitud no solo agota progresivamente la capacidad de la batería, sino que también reduce el rendimiento de los motores eléctricos. Teniendo en cuenta que la velocidad máxima de os coches eléctricos está limitada entre 160 y 18 km/h, un rango óptimo es el de circular a una velocidad de entre 90 y 120 km/h.
Fuente: motor