En 2018 menos del 7% de las matriculaciones en España fueron de un vehículo electrificado o híbrido, según los último datos del Informe Anual de la patronal de fabricantes de automóviles Anfac. Todavía queda mucho camino por delante si se quiere alcanzar altos niveles de electrificación del transporte, pero hay muchos obstáculos por salvar. Uno de ellos es la falta de infraestructura pública de recarga por toda la geografía española, y lo poco que hay a veces no se conoce.

«Hemos hecho varias propuestas en el Comité VEA, creado específicamente para impulsar el vehículo eléctrico y alternativo», ha explicado Mario Armero, vicepresidente de Anfac, «y hay un tema fundamental en infraestructuras de recarga, que es la necesidad de un registro de los puntos de carga en vía pública. Desde nuestra asociación hemos hecho un trabajo duro y difícil para recopilar todos los datos pero no tiene la fiabilidad máxima. Por eso, defendemos que desde la Administración pública se unifique la normativa y se pueda acceder a esa información». 

De hecho, una vez que se conozcan las ubicaciones de todos ellos, «defendemos la idea de poner en marcha un ‘roaming’ como el de la telefonía móvil para los puntos de recarga«, ha detallado, «también debería ser obligatorio que cada uno de esos puntos cuente con una etiqueta para saber si es adecuado al sistema de recarga de cada uno de los modelos de vehículo eléctrico».

No es la primera vez que se habla de la posibilidad de establecer un ‘roaming’ para toda la infraestructura del vehículo eléctrico, pero no solo a nivel nacional, sino para toda Europa. Según el estudio realizado por un grupo de investigadores holandeses, ‘Advancing E-Roaming in Europe: Towards a Single “Language” for the European Charging Infrastructure’, el mercado europeo de vehículos eléctricos está creciendo significativamente pero la ausencia de protocolos y estándares de interoperabilidad entre puntos de recarga obstaculiza el desarrollo de los viajes transfronterizos. De ahí la importancia de poner en marcha un «e-roaming».

En el estudio se señalan los principales obstáculos para la aceptación de la movilidad eléctrica por parte de los consumidores: la mala información sobre la ubicación y disponibilidad de las estaciones de carga, la ausencia de información sobre tarifas y el precio total de la sesión, las diferentes formas, herramientas y aplicaciones no compatibles para obtener acceso a las estaciones de carga; y los modelos de negocios no transparentes de las compañías que están instalando esas infraestructuras a un coste potencialmente alto.

Para solucionar todas esas trabas, no solo es necesario contar con un protocolo estándar que unifique toda la red en el Viejo Continente, también es necesaria una normativa europea específica para ello. «La UE quiere estimular la electrificación del transporte, sin embargo, no hay ninguna regulación a nivel europeo sobre la infraestructura de carga, solo a nivel nacional y local. Esa falta de coordinación por parte de la Comisión Europea puede haber sido un factor en la fragmentación de la infraestructura de carga en Europa».

Los investigadores lo ven fácil. No hay más que tomar como referencia cómo se ha hecho en el sector de las telecomunicaciones y cómo todas las compañías se han tenido que poner de acuerdo para compartir sus redes.

Pues de la misma manera se puede hacer en el sector del vehículo eléctrico. «La movilidad eléctrica puede verse como un sistema complejo, con múltiples actores involucrados e interrelacionados, incluidos operadores de puntos de carga, proveedores de servicios de movilidad electrónica y centros de itinerancia, pero la construcción de una infraestructura de carga eficiente y fácil de usar requiere que todos se comuniquen. Los desarrollos futuros previstos requerirán más comunicación entre partes».

Y todavía más si es una movilidad eléctrica con carga inteligente, porque «los actores del sector de la movilidad estarán interactuando con los actores del sector energético, como operadores de redes, productores de energía y agregadores de la demanda».

Por eso, el estudio afirma que «la inclusión de puntos de carga en las aplicaciones de navegación requiere información sobre la ubicación, la disponibilidad y las tarifas de las transacciones de cobro. Finalmente, la itinerancia electrónica transnacional requerirá que actores de diferentes países se comuniquen entre sí. Los protocolos son clave para garantizar una comunicación eficiente entre todas las partes involucradas. Los protocolos habilitan y limitan la información que las partes pueden compartir entre sí, qué partes pueden comunicarse entre sí, y pueden habilitar y obstaculizar ciertos modelos de negocios».

Fuente: https://elperiodicodelaenergia.com/un-sistema-de-roaming-como-el-de-la-telefonia-clave-para-impulsar-los-puntos-de-recarga-del-vehiculo-electrico/