La transformación de la recarga para cargar el coche eléctrico es uno de los mayores avances que se han dado en el sector en los últimos tiempos. Si bien todavía consta de varias flaquezas al respecto, sí es cierto que atrás quedan los días donde su empleo se contaban por largos periodos desafiantes de toda lógica. Sin embargo, en la actualidad ya contamos con varias técnicas para que el proceso sea más corto. ¿Conoces las posibilidades para un tiempo aproximado?
Ahora que se han aprobado ayudas para comprar vehículos más eficientes, es bastante usual que los usuarios se empiecen a plantear la compra de vehículo electrificado. Una de las claves que han hecho por ese acercamiento, y que cada vez se está viendo como un punto a tener en cuenta para los próximos años, son los tiempos para cargar nuestro coche eléctrico.
No hay un único tiempo para cargar el coche eléctrico
Al respecto, es conocido que existen distintos tipos de postes de recarga que podemos emplear para recuperar su autonomía. Sin embargo, es posible que te preguntes cuánto tarda en completarse ese transcurso. Es cierto que la recarga es un proceso muy sencillo, pero también que, dependiendo de nuestras elecciones y preferencias, sabremos optar por uno u otro para cargar nuestro coche eléctrico.
En este sentido, este mismo proceso puede realizarse de distintas maneras y en distintos lugares. De ello dependerá su precio y también la duración de la sesión de recarga. Lógicamente, no es lo mismo recargarlo en casa que hacerlo en un puesto de carga.
No podemos hablar de un único tiempo de recarga de las baterías de los coches eléctricos. Esto significa que hay varios factores que influyen en el tiempo que deberás enchufar el vehículo para restaurarlo por completo. Ello, por su parte, estará sujeto directamente del tipo de carga al que tenga acceso el usuario. Cabe destacar que el más extendido actualmente es el de cable-enchufe, que a su vez, ofrece tres velocidades de carga en función de la potencia de la fuente: lenta, semirápida y rápida. Pero vayamos por partes.
Factores dependientes
A partir de esto, nos encontramos con que existen una serie de factores dependientes que harán porque después, ante los diferentes tipos y modos de carga, nuestro tiempo sea menor o mayor en función de los mismos. Hoy en día, y gracias también a los continuos y diversos avances de los fabricantes y marcas, esto se sitúa, principalmente, en la densidad de batería del vehículo, su capacidad, y posteriormente en la potencial del punto de recarga.
Aquí entrarán de lleno otras claves que marcarán su duración. Estas son el tipo de cargador que se utilice (AC o DC) y la capacidad del inversor del vehículo si se recarga en un poste AC. Y es que, por mucho que pueda suministrar el poste, si este componente solo trabaja a 7 kWh, solamente llegará ese suministro a la batería.
A diferencia de los vehículos de combustión, que todos rellenan su depósito a la misma velocidad, los automóviles eléctricos tienen múltiples situaciones para efectuar la disposición. Además de ello, una furgoneta eléctrica o un SUV eléctrico no tendrá la misma capacidad de batería que un vehículo urbano eléctrico, por ejemplo, por lo que su tiempo no solo dependerá del tipo de cargador, sino de la carrocería y batería del vehículo en cuestión.
- Baterías y densidad energética. Una elevada densidad de energía en una batería permitirá acumular mucha mayor carga por unidad de peso y volume. Las baterías de litio, las más utilizadas en los coches modernos, tienen una densidad energética superior al resto de las baterías disponibles. Este tipo de batería soluciona problemas como el efecto memoria o el reciclaje.
- Capacidad de la batería. Es importante conocer la capacidad de la batería de un coche eléctrico. La capacidad de la batería se mide en kilovatios hora (kWh), unidad de medida energética equivalente a 1 kilovatio (1 kW) de potencia sostenida durante 1 hora. Cuanto mayor sea el número de kWh, mayor será la batería, y más cantidad de energía podrá almacenar. Actualmente, esta capacidad oscila entre los 35 kWh en coches pequeños y los 95-100 kWh de los modelos más grandes.
- Potencia de carga. Será la que nos dirá cuánto de rápido se puede recargar el coche: a igual capacidad de batería, cuanto mayor sea la potencia de carga, menor será el tiempo necesario para recargarla.
- Potencia del cargador. Se mide en Kw, y para los vehículos propulsados a baterías disponen de dos tipos: uno para corriente alterna y otro para corriente continua o directa. El primero es el que hace las cargas convencionales, al punto de carga doméstico, por ejemplo. El segundo es para las recargas ultra rápidas en supercargadores.
Tiempo aproximado según tipos
La evolución prevista para estos sistemas de carga tiene distintas e interesantes vertientes. Una de ellas es la inducción electromagnética, o carga inalámbrica. O lo que es lo mismo; aparcar el coche eléctrico en una plaza diseñada para ello y el vehículo se recarga. Otra es la recarga en marcha, en vías diseñadas para este fin, como las que sucede con los primeros prototipos vistos para los camiones electrificados. No obstante, esto todavía está en sus iniciales fases de desarrollo.
Hasta que llegue ese momento y según el lugar elegido para cargar las baterías del coche eléctrico, se pueden identificar tres tipos de carga distintos: carga de velocidad lenta (conocida también como la estándar), carga semirápida y carga rápida. Son tres modos que han ido creciendo en los últimos tiempos en los que han otorgado una duración cada vez más corta, sobre todo en lo que se refiere a las dos últimas.
A su vez, y como algo bien a destacar, es que resulta especialmente importante la potencia del punto de recarga que hemos mencionado. Esta será la que determinará, finalmente, cuál es duración para cargar nuestro coche eléctrico.
Carga lenta o estándar
Este es el modo de carga más básico y el que ofrece unas prestaciones y potencias más bajas. La misma es la que más se utiliza, al mismo tiempo, para los que son los puntos en el hogar. Se consideran puntos de cargas domésticos que proporcionan carga con corriente alterna monofásica con 3,7 o 7,4 kW de potencia máxima, a 230 V y 16 A o 32 A respectivamente.
El tiempo de carga de un coche eléctrico que utiliza un tipo de carga lenta va, por lo general, desde las 5 hasta las 20 horas. De esta forma, y con esta estación a buen alcance, el vehículo se podrá conectar hacia un enchufe convencional como los que tenemos en casa. Su conector se denomina Schuko.
Otra forma de carga lenta son los cargadores de pared de tipo doméstico, los cuales pueden cargar a 230 V y hasta 32. En este mismo segmento se encuentran dos modos más: carga 2, donde nunca superará los 16 A de corriente, y modo 3, que permite aumentar la vida útil de las baterías, es cómoda y sencilla. Su duración es la más extensa, por lo que se recomienda su uso en el hogar durante la noche.
Carga semirápida
La carga semirápida reduce el tiempo para cargar el coche eléctrico a la mitad respecto a la carga lenta. Esto es porque es un tipo del que se duplica la corriente y utiliza una potencia de 7,4kW, es decir se pasa a tener una carga completa en 3 o 4 horas.
En su caso, se utilizan más los cargadores públicos, los cuales usan una tecnología que llega hasta los 22kW. También es verdad que no todos los vehículos aceptan este tipo de carga, con lo que no pueden ser cargados a una velocidad mayor a pesar de estar conectados a un cargador semirápido.
Tanto automóviles como cargadores son capaces de identificar su velocidad máxima de recarga y la carga del vehículo se realizará a la máxima velocidad común al vehículo y cargador, con total seguridad. Hasta 7,4kW se pueden utilizar conectores tanto tipo 1 y tipo 2 (Yazaki y Mennekes), mientras que entre 11kW y 22kW sólo se puede utilizar el conector tipo 2, ya que es el único capaz de proporcionar corriente trifásica al vehículo.
Carga rápida
Estas recargas, a su vez, se hacen como las ideales para aquellos que se encuentren de viaje y realicen trayectos más largos. A diferencia de las de carga lenta o semirápida, en esta seremos capaces de tener en 30 minutos un 80% de la carga. A la vez, sus cargadores suministrarán al vehículo corriente continua (DC) o alterna (AC) a partir de un equipo de recarga.
En el extremo del cable se pueden encontrar distintos tipos de conectores: CHAdeMO, CCS/Combo de 9 pines o tipo 2 (Mennekes). La potencia de estos cargadores suele ser de 50kW y por ello se logra una carga del 80% en media hora. Del mismo modo que sucedía con la carga semi-rápida, no todos los vehículos eléctricos pueden utilizar un cargador rápido. Este es el sistema de carga que más se asemeja al concepto de repostaje al que muchos conductores están acostumbrados.
Por norma general, los coches eléctricos llevan dos entradas: una para la carga doméstica y otra para la recarga rápida. Esta última va directa a la batería y cuenta con un controlador de batería que se asegura de ajustar la potencia de la carga a los parámetros admitidos por el vehículo.
Fuente: adslzone